
A medida que nos acercamos al tercer aniversario del pico de capital riesgo de 2022, los fundadores latinoamericanos se enfrentan a uno de los entornos de recaudación de fondos más difíciles de la historia reciente. Esta escasez ha creado un terreno fértil para sofisticadas estafas de inversión dirigidas a emprendedores vulnerables.
Un esquema particularmente insidioso conocido como la estafa del "Bono de Seguridad de Inversión" (BSI) se está extendiendo rápidamente por toda la región, atrapando a fundadores desesperados por asegurar la financiación antes de que su runway expire.
La situación actual del capital riesgo en Latinoamérica
El panorama del capital riesgo en América Latina ha experimentado una contracción significativa desde su máximo de 16.000 millones de dólares en 2021. La inversión total alcanzó sólo 3.600 millones de dólares en 2024, uno de los niveles más bajos de los últimos cinco años. Esto representa una drástica reducción desde el boom de financiación de la era de la pandemia. Aunque el cuarto trimestre de 2024 mostró un impulso positivo con 1.230 millones de dólares en financiación (el mayor volumen trimestral en más de dos años), el entorno general sigue siendo difícil.
Estas condiciones han creado un terreno de caza perfecto para los estafadores, que reconocen que muchos fundadores de América Latina andan peligrosamente escasos de efectivo y cada vez más desesperados por cerrar acuerdos.
Cómo funciona la estafa de los bonos de garantía de inversiones
La estafa de los "bonos de garantía de inversiones" suele seguir un patrón predecible diseñado para explotar la vulnerabilidad y el afán de los fundadores:
Configuración
La estafa comienza con un mensaje de lo que parece ser un fondo de inversión internacional legítimo, que suele afirmar tener su sede en el extranjero, a menudo en Asia. La empresa presenta una fachada profesional con una presencia en línea convincente. Expresan su interés en invertir en su empresa emergente, normalmente ofreciendo invertir más de un millón de dólares, un salvavidas para muchas empresas con problemas de liquidez.
Las comunicaciones iniciales parecen legítimas y los estafadores pueden incluso facilitar una hoja de condiciones. Aunque los términos puedan parecer inusuales, muchos fundadores lo racionalizan como diferencias culturales o regionales en los enfoques de inversión, y como la hoja de términos suele regirse por las leyes de algunos países asiáticos, a veces los fundadores no se ponen en contacto con sus abogados locales o estadounidenses y negocian directamente.
La trampa
A medida que avanzan las negociaciones de inversión y el fundador se involucra emocionalmente en la operación, se revela la estafa. A continuación, el inversor señala que "antes de liberar los fondos, los "inversores" exigen que la empresa adquiera un "bono de seguridad de la inversión" (Investment Security Bond, ISB) o un producto de seguro de nombre similar". He aquí un ejemplo de cómo podrían expresarlo:
"El comité de inversiones de nuestro fondo Global Capital Partners requiere que su empresa obtenga un certificado de Garantía de Seguridad de Inversiones (ISG). Este certificado proporciona cobertura de seguro para proteger nuestra inversión frente a posibles pérdidas."
La sofisticación de este lenguaje puede hacer que incluso los empresarios experimentados se paren a pensar en su cumplimiento. Al fin y al cabo, ¿qué es un pequeño pago del seguro comparado con conseguir financiación por valor de un millón de dólares?
¿La realidad? Una vez que el fundador transfiere dinero para esta "póliza de seguro", los supuestos inversores desaparecen por completo. Nunca se materializa la financiación.
Señales de alarma
Como el capital riesgo sigue siendo escaso en América Latina, los fundadores deben estar cada vez más atentos. Estas son las principales señales de advertencia de que una oportunidad de inversión podría ser fraudulenta:
- Ofertas de inversión no solicitadas de entidades desconocidas, especialmente las que afirman tener su sede en Asia o en tierras lejanas;
- Ofertas que parecen demasiado buenas para ser ciertas en términos de valoración o importe de la inversión;
- Solicitudes inusuales de pagos por adelantado de cualquier tipo antes de que llegue la financiación;
- Hojas de condiciones que se desvían significativamente de las prácticas habituales de las empresas;
- Presión para actuar con rapidez y evitar involucrar a su asesor jurídico;
- Sitios web de aspecto profesional que contienen enlaces a empresas legítimas para parecer creíbles;
- Promesas de protección o garantías gubernamentales para su inversión.
Cómo protegerse y proteger a su empresa
La primera regla es absoluta: los inversores legítimos nunca le pedirán que envíe dinero como condición para recibir financiación. Además:
- Realice siempre una diligencia debida sobre los posibles inversores, incluida la verificación de sus empresas en cartera;
- Aproveche su red para validar las credenciales de los inversores;
- Consulte con un asesor jurídico experimentado antes de firmar cualquier documento de inversión;
- Tómese su tiempo: la presión para que se precipite suele ser una táctica de manipulación;
- Cuando algo le parezca raro, confíe en su instinto e investigue más a fondo;
- Recurre a aceleradores y asesores de confianza para que te ayuden a investigar a posibles inversores.
Un camino más seguro: Meet Grow de PAG Law
Reconociendo los mayores riesgos a los que se enfrentan los fundadores latinoamericanos en este difícil entorno de recaudación de fondos, PAG Law desarrolló Grow, una plataforma orientada a los fundadores y diseñada específicamente para ayudar a los emprendedores, incluidos los fundadores latinos, a navegar por la recaudación de fondos de forma segura y eficiente.
A medida que el ecosistema de emprendimiento latinoamericano continúa navegando en estos tiempos difíciles, los estafadores sin duda continuarán desarrollando esquemas sofisticados dirigidos a fundadores vulnerables. Mantenerse alerta, aprovechar las redes de confianza y utilizar plataformas como Grow pueden ayudar a proteger su startup de convertirse en la próxima víctima.